viernes, 31 de agosto de 2012


ATRÉVASE A PASAR DESAPERCIBIDO

Si usted es de los que le gusta mirar todo de la forma más sencilla y cómo se mueven los partidos alrededor suyo acoplándose a ellos, analizando las cosas, dirigiendo desde un perfil bajo, siempre atento a todo; pertenece al grupo de árbitros que se caracterizan por no ser los protagonistas principales de los encuentros.

Otros los protagonistas:
Si se siente identificado con la anterior descripción se está definiendo como un árbitro a quien le gusta pasar desapercibido. Al contrario de muchos árbitros a quienes les apasiona ser el "alma del partido" hay otros que prefieren que no se fijen en ellos, supongo que estos últimos, son los que tienen claro que en los partidos los protagonistas son los jugadores y que el juzgador sólo se limita a hacer cumplir el reglamento para que haya armonía dentro del juego.

Tarea muy difícil:
Pasar desapercibido no siempre es fácil, con frecuencia las ganas de sobresalir por encima de los demás colegas y de los jugadores les juega malas pasadas en las que el orgullo se pone de manifiesto. Pasar desapercibido no es cosa de tontos, es cosa de árbitros listos y nobles, pues cuando hay silbatos capaces de arbitrar bien sin necesidad de reconocimientos es porque han alcanzado un peldaño más en el ascenso hacia la grandeza dentro del gremio.

Entréguese por completo:
Los honores y reconocimientos siempre gustan, los aplausos engrandecen, las menciones positivas impulsan a avanzar, todo eso es bueno, pero no debe ser la única razón de ser del árbitro y de su actuar en los terrenos de juego. Por eso, ¡atrévase a pasar desapercibido! a dirigir bien sin estar por encima de los equipos, a entregarse por completo desde lo que se es sin buscar segundas intenciones, a no ser siempre distinguido y el centro de las mejores escenas.

Ascienda a la grandeza:
El árbitro competente siempre debe actuar desapercibidamente, si bien, le corresponde estar atento a todo lo que ocurra a su alrededor, no se debe dejar ganar de esa debilidad humana de querer ser el número uno dentro del campo; sus actuaciones siempre deberán estar encaminadas a dirigir los partidos sin ser los protagonistas. Cuando los silbatos se esfuerzan, trabajan, se ilusionan y viven todo desde esta perspectiva los aplausos, sonoros o silenciosos, llegan solos y son un aliciente para llegar más alto dentro de la profesión.
Escrito por José Borda para www.revistaarbitros.com

martes, 28 de agosto de 2012


PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUZGAMIENTO

En la actualidad, el arbitraje es una ciencia verdaderamente muy compleja. El pensar que consiste en comprender una serie de normas o reglas y aplicarlas en la cancha es un error, aquí el sentido común y el espíritu del propio deporte juega un papel muy importante.
Podríamos determinar tres principios fundamentales que debería adquirir un árbitro para un buen desarrollo de su labor.

1. Comprensión de las reglas de juego y respeto de la integridad del juego.
2. Aplicar el sentido común en base a las particularidades de cada partido según características propias de los jugadores.
3. Mantener un equilibrio entre el control del partido y un juego fluido para favorecer el  espectáculo.
Principalmente, la mecánica del arbitraje pretende orientar a los árbitros de cuál es la posición más correcta para una mejor visión de cada jugada. Estas técnicas, facilitarán la toma de decisiones relativas a las infracciones del juego.
Pero en definitiva, no debemos olvidar que aunque el arbitraje se rija por unos principios  objetivos o normas de juego al ser un juego dinámico hay un alto grado de subjetividad debida al movimiento, los gestos, las posiciones de los jugadores, la comunicación con los compañeros, el nivel de la competición…

El arbitraje es estar en el sitio correcto en el momento adecuado para tomar la decisión de manera instantánea dentro de lo establecido por las reglas del juego.

Esta tarea tan difícil dentro de un deporte cargado de competitividad requiere no solo una buena preparación física, sino también psicológica para mantener siempre el juego bajo control mostrando firmeza en todas las decisiones.
En el Futbol de Salón, el equipo arbitral está conformado por un árbitro principal, un árbitro secundario, 2 árbitros auxiliares, asistidos por los oficiales de mesa (un anotador y un cronometrador) y el coordinador arbitral. No debemos olvidar  que de una buena o mala comunicación y colaboración entre todos, depende un ritmo del juego positivo o negativo.

sábado, 25 de agosto de 2012


LA PREPARACIÓN FÍSICA DEL FÚTBOL DE SALÓN

En los juegos deportivos colectivos, el movimiento deportivo, independiente de una modalidad específica, es el resultado de la interacción activa de los deportistas con el espacio y los móviles externos próximos que lo rodean y con los cuales debe crear relaciones sociomotrices mediante las diversas formas de comunicación. De ahí que, el componente motriz sustente la técnica deportiva en los deportes de equipo y que ésta sea el producto que permita la interacción entre individuos y entre individuo y móvil, sin embargo, la funcionalidad técnica se considera como un sistema de movimientos organizados de tal forma que posibiliten la solución de una tarea motora concreta que permita continuar con la operatividad del juego, sobre todo, porque de ella depende que el juego tenga un desarrollo direccionado hacia la finalización de la tarea de acuerdo a la fase que se esté ejecutando.

El fútbol de salón es una disciplina deportiva que integra todos los componentes del entrenamiento durante el desarrollo del juego, el componente físico se fundamenta en una base aeróbico, una magnitud de fuerza maxima y una velocidad, todo esto de tipo condicional, pero su rendimiento se manifiesta a través de esfuerzos submáximos de tipo intermitente de corta duración, sus acciones son explosivas, repentinas y variadas, con el propósito de controlar o tener un anticipo en el toque del balón, aunque puede también ser una acción para generar, ocupar o utilizar un espacio libre; estas características lo llevan operativamente a tener pausas de recuperación alternadas cortas e incompletas, pero, siempre soportado sobre una base condicional. La estructura y dinámica del juego, sus permanentes cambios de ritmo y dirección, las aplicaciones técnico – tácticas y las táctico - estratégicas, hacen que la participación especifica en el juego sea algo complejo, es decir, para participar efectivamente en el juego no basta con tener un buen desarrollo de las capacidades condicionales y determinantes del deporte, se necesita una adecuada integración dinámica entre lo físico y lo técnico para poder darle respuesta a las necesidades que va presentando el juego.

De ahí que, estas características del juego, exigen preparar un deportista adecuadamente, se requiere entonces, que su proceso de preparación y entrenamiento este orientado hacia el desarrollo y mantenimiento de un componente mixto; que desarrolle la dirección físico – motriz especifica del fútbol de salón, como es la fuerza explosiva y la aceleración en tramos muy cortos, pero en aplicaciones dinámicas y reales en las secuencias globales que generan las situaciones de competencia. Finalmente, lo que se busca es una estrategia que permita la integración y participación efectiva en el juego a través de la evolución de la técnica en condiciones variadas y cambiantes.

El deportista durante su participación en el juego, realiza una gran cantidad de movimientos complejos que organiza en forma consciente e inconsciente en relación con el objetivo planteado (físico – técnico, técnico – táctico o táctico – estratégico) y con el previo conocimiento de sus posibilidades motoras, algunos sin el balón, otros directamente relacionados con la aplicación de un gesto técnico con el elemento, para esta intervención en competencia, normalmente se cuenta con un corto espacio de tiempo y en algunos casos con poca área física, lo que exige una excelente potencialización del componente motor, así como una gran oferta del componente técnico que permita dar la respuesta técnico – táctica acertada en el tiempo y el espacio. Por ejemplo, el jugador que recibe un balón sobre el costado, y su compañero continúa con la acción de juego, penetrando con un cambio de ritmo y de dirección por el centro; en este momento y espacio se debe presentar una respuesta técnico - motriz del jugador que posee el balón, con el propósito de generar una aplicación técnico – táctica que continué con la acción de juego en profundidad; de hecho el lanzamiento en proyección es una de las muchas respuestas que se pueden dar.

En otras palabras, la preparación física en el fútbol de salón debe garantizar la eficiencia técnico – táctica durante todo el desarrollo del juego, consiste entonces en preparar al jugador, no sólo para los desplazamientos como correr, saltar, frenar, cambiar de ritmo y de dirección; la acción de juego, obliga a esfuerzos muy variados en cuanto a tipo, forma, carácter y sentido de los movimientos, así como de otras acciones acíclicas con el balón, en consecuencia, se necesita un jugador que sea capaz de dar solución a situaciones técnico - motrices que surgen del juego. No obstante, todo el proceso de entrenamiento, debe planificarse y ejecutarse desde la perspectiva de ejecución de la acción que surge como consecuencia de la dinámica de juego.

La experiencia práctica ha demostrado en muchas ocasiones que los equipos en competencia presentan dificultades con el rendimiento físico de los jugadores y esto ha llevado a que el rendimiento técnico - colectivo que se debe generar mediante la integración de los componente del entrenamiento se vea afectado, porque esta integración y fluidez en el juego se pierde con la aparición de la fatiga. De modo que, el primer elemento que se deteriora con la aparición de la fatiga física y mental es la técnica; se pierde precisión, potencia, racionalidad, visión, entre otros componentes fundamentales en la dinámica de juego.

Jose Tomas Cortes Diaz
Especialista en entrenamiento deportivo
Entrenador de fútbol de salón

viernes, 24 de agosto de 2012


LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL JUZGAMIENTO
En la actualidad a los árbitros no sólo se les juzga por su formación o experiencia, sino también por el modo en que se relacionan con sus compañeros, jugadores y cuerpos técnicos; se trata de un criterio que se aplica cada vez con mayor frecuencia y que acaba determinando quién será designado y quién no, quién será relegado a la misma categoría durante años y, por último, quién terminará siendo ascendido a la élite.
Que es...  
La inteligencia emocional es la facultad que debe tener el árbitro para reconocer y comprender sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos; permite tomar conciencia de las emociones, tolerar las presiones y frustraciones que se soportan en el arbitraje, acentuar la capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que le brindará mayores posibilidades de desarrollo personal y deportivo.
Competencias relevantes
Autoconciencia, autoestima, autocontrol, empatía, dedicación, integridad, habilidad para comunicar, pericia para aceptar cambios, son las competencias más relevantes que el árbitro deberá implementar dentro de su ámbito, para ser no sólo más brillante en la consecución de sus logros personales sino a su vez maximizar la producción del equipo arbitral; en contraste, aquel silbato incapaz de afrontar los cambios o conflictos resulta tóxico para el gremio. Sin embargo, cabe resaltar que todos cuentan con el potencial de mejorar la inteligencia emocional en cualquier momento.


Componentes de la IE

Los principales componentes de la inteligencia emocional son, el autoconocimiento emocional, que se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y del modo en que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento; el autocontrol emocional, que nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento y saber reconocer qué es pasajero durante una crisis y qué perdura; la auto motivación que no es otra cosa que dirigir las emociones hacia un objetivo que nos permita mantener la estimulación y fijar nuestra atención en las metas y no en los obstáculos.
Más elementos
Otros elementos que integran la IE son, el reconocimiento de emociones ajenas, esto es reconocer que los jugadores sienten y se pueden expresar por gestos o mediante una mala contestación, esto puede ayudar a establecer lazos mas reales y duraderos con ellos; por último las relaciones interpersonales, que son muy importantes en el arbitraje, no sólo deberán ser buenas con los jugadores sino que también incluirán el trato exitoso a técnicos y compañeros.
La IE en el arbitraje
Para terminar imaginen el caso de un árbitro que aún siendo internacional no poseyera habilidades de trato con los jugadores, este individuo tardará poco en echar a perder su trabajo por un mal conocimiento de sus emociones. De acuerdo a esto, se hace necesario que todos los silbatos de una agremiación conozcan y controlen sus emociones e identifiquen los sentimientos de los jugadores; con el fin de que sean más competentes y sepan reaccionar ante las situaciones con las que se encuentran al desempeñar su función.  Escrito por José Borda para la revista árbitros.com

domingo, 12 de agosto de 2012



¿QUÉ ES EL ARBITRAJE DEPORTIVO?

Es el que ejerce una persona capacitada y preparada específicamente para dirigir y ordenar la práctica de algún deporte en la cual se enfrentan dos partes (por ejemplo, fútbol de salón, tenis, vóleibol, básquetbol, boxeo, etc.). Este tipo de arbitraje tiene reglas y normativas claras a seguir que pueden variar de deporte en deporte. Al mismo tiempo, los árbitros pueden contar con elementos específicos para cada actividad y aceptar en mayor o menor grado la asistencia de árbitros secundarios o de elementos de tecnología.

¿DE DONDE VIENE LA PALABRA ÁRBITRO?:

Desde que se dieron las primeras manifestaciones de la actividad física siempre hubo una figura "El árbitro" encargada de que se cumpliera los principios de dicha actividad, es decir que se cumpliera con la protección de los participante en las distintas manifestaciones de actividad física. El surgimiento de esta figura también se va ver representada en la antigua Grecia en aquellas civilizaciones que practicaban ejercicio físico de forma competitiva; pero su apoyo legislado va a estar dado a partir de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad donde aparece por primera vez el reglamento.

En esa época los árbitros, jueces y oficiales eran una personalidad muy respetada y admirada, y a la vez muy temida por los atletas, pues tenían una inmensa responsabilidad en el desarrollo de los Juegos, ya que no podía ni siquiera ser protestado, según estipulada el reglamento. Estos eran unos magistrados que se designaban a la suerte entre los ciudadanos como clase superior. Los mismos se encargaban de organizar la relación de los participantes en cada evento, siempre de asegurarse que cumplieran con los requisitos de la competición, proclaman a los vencedores, presidían los juegos, los desfiles y en sus manos recaía la responsabilidad de premiar o recompensar a los vencedores y aplicar el Reglamento. El número de estos fue aumentando paulatinamente, al pasar el tiempo aún no se sabe en que medida pero su actuación era decisiva en los Juegos Olímpicos.

A medida que se fueron modernizando y desarrollándose las distintas disciplinas deportivas en esta medida también se fue perfeccionado la figura del árbitro deportivo, cada vez jugando un papel más protagónico en las competiciones.

¿QUE ES EL ÁRBITRO?

Etimológicamente la palabra árbitro proviene del vocablo latino “arbiter” de donde “ad” es hacia y “batere” dirigirse o ir, pues cuando hay una disputa o encuentro, los implicados en la misma se busca o se dirige hacia el árbitro para que medie o tome la determinación que considere acertada de acuerdo a unas normas que rigen los deportes.

Existen diferentes definiciones y de distintos autores sobre la definición de la palabra arbitro, destacaremos algunas de estas, como son:
Rains (1984)"Hace las reglas”

Gómez (1994) "Es el responsable de que las competiciones deportivas se desarrollan con arreglos a las normas que las rigen".

Real Academia Española (s.a) "Persona que en algunas competición deportiva de agilidad y destreza cuida de la aplicación del reglamento". 

Teniendo en cuenta los planteamientos anteriores, ser árbitro se trata de una tarea de colaboración en la estructura deportiva como personal que debe hacer cumplir las reglas en cada una de las disciplinas deportivas. La actuación del árbitro comienza desde muy temprano, en la escuela primaria, en la secundaria y hasta el universitario; durante la educación física el profesor juega un papel importante en el desempeño de las actividades que durante ese momento se desarrollan, aquí el profesor de educación física es un árbitro; sin la categoría requerida para un evento deportivo (árbitro de base) pero es capaz de evaluar la actividad de los alumnos.

La actuación del árbitro siempre va a estar expuesta a la expectativa de los atletas, entrenadores, familiares, admiradores y pueblo en general, de ahí la importancia que durante su desempeño se transmitan los valores ético, profesionales y morales que propicia ganarse el respeto de todos, y actual con profesionalidad.
El ser arbitro o juez deportivo es una responsabilidad para la que hay que prepararse arduamente y durante periodos muy prolongados de tiempo, ya que en la actualidad las circunstancias deportivas son exigentes, no solo por lo difícil de las características de las personas con las que hay que interactuar en cada evento deportivo, si no por la capacidad técnica, física y mental de los deportistas de hoy.

¿CUÁL ES LA FORMACIÓN DE UN ÁRBITRO?

Es importante recalcar que el árbitro es un deportista profesional y más ahora que nuestro deporte adquirió dicho estatus y cuya formación es un proceso multidisciplinar (técnica, psicológica, normativa, educacional, preparación física, preparación médica y legal, dentro de la cual están las bases de la competición, los estatutos y el reglamento general en nuestro caso especifico el de la AMF) que debería ser continuo y que de esa correcta preparación, depende el éxito en nuestra labor. Pero no debemos olvidar que ante todo somos humanos, imperfectos, con derecho a equivocarnos, que debemos esforzamos diariamente por ganarnos el respeto con nuestro trabajo bien hecho, que debemos mostrar una buena imagen y dar un tratamiento adecuado a todas las personas que conforman el mundo de nuestro bello deporte, “el Futbol de Salón”.

En el desarrollo de un partido, los árbitros nos vemos enfrentados con diversas sanciones que van desde simples fallos hasta complejas situaciones a resolver, y donde no siempre acertamos. Muchas veces no nos damos cuenta del error, pero otras tantas casi inmediatamente somos conscientes del desacierto. Ante esta situación sentimos responsabilidad y muchas veces tomamos determinaciones que nos llevan a remediar dicha equivocacióncon un acto de “compensación”, y no solo estamos siendo injustos sino que ahora los ERRORES cometidos se transforman en 2. Cuando nos equivocamos…. NOS EQUIVOCAMOS….y PUNTO. Debería no volver a ocurrir. Ahora bien si esa “culpa”, presión (interna o externa) o temor al error nos lleva a cometer otro, estaremos llevando el partido a un laberinto lleno de inseguridades que nos conducirán sin peaje al rotundo fracaso…. y a la injusticia extrema.
De la Capacidad de distinguir, reconocer y aceptar los propios errores y de querer/ poder enfrentarlos, proponernos hacer lo mejor posible para que éstos no vuelvan a repetirse, depende que crezcamos personal y profesionalmente, a esa capacidad de autoevaluarnos, de ser sinceros con nuestros semejantes y fundamentalmente con nosotros mismos. 

Debemos de ser eficaces, imparciales, serios y correctos, comprensivos, preventivos y buenos compañeros, dejando a un lado el autoritarismo y ser demasiado dialogantes. La humildad y la honestidad deben de ser nuestra premisa.

Estamos sometidos a una presión mediática, debido a múltiples factores que hacen que nuestro trabajo parezca peor de lo que es, con lo cual desde todos los estamentos se debería intermediar para dar a los árbitros la imagen que se merecen, la que de verdad tenemos. Somos personas que disfrutamos lo que hacemos, y trabajamos para mejorar nosotros mismos y hacer que el juego sea lo más divertido posible.

El arbitraje es una profesión, desafortunadamente muy desagradecida pero muy bonita, que forma como persona y que algún día, con el esfuerzo propio y de todos, conseguiremos que sea valorado como se merece.

miércoles, 1 de agosto de 2012


 ¿CULPABLE YO?
Escrito por: José Borda para www. revistaarbitros.com
Uno de los errores más comunes de los árbitros reside en no aceptar las realidades o consecuencias de sus decisiones. Obviamente aunque todos cometen errores de los cuales no están particularmente orgullosos, el mirar al pasado constantemente recriminándose por los mismos supone un gasto de energía innecesario que no reporta nada positivo; el sentimiento de culpa simplemente los encierra en un círculo vicioso que se hace cada vez más estrecho.
¿Cómo funciona?                   
La culpabilidad funciona de la siguiente manera, alguien, llámese jugador, técnico, aficionado o periodista emite un mensaje destinado a recordar que un árbitro ha sido un mal profesional por algo que hizo o no hizo, por alguna decisión que tomó o no tomó, o sencillamente porque infringió algunas de las reglas que le enseñaron o no las interpretó correctamente; frente a esto el árbitro responde sintiéndose mal e incomodo. La culpabilidad es, la emoción que despilfarra una mayor cantidad de energía emocional. ¿Por qué? Porque por definición, el silbato se siente doblegado por algo que ya pasó.
Durante y después
El sentimiento de culpa es una de las emociones más  destructivas que puede experimentar un árbitro, este suele aparecer en algún momento del partido o después del mismo. Hay árbitros que tienen una especie de vocación por la culpa ya que no sólo se sienten mal por lo que han hecho sino incluso por lo que podrían llegar a hacer. Indudablemente, éste no es un sentimiento agradable y harían cualquier cosa por desembarazarse del mismo; de forma natural tienden siempre a protegerse de cualquier situación que les pueda causar dolor, daño o vergüenza.
Dos sensaciones
La mayoría de los árbitros que experimentan constantemente el sentimiento de culpa tienen una baja autoestima y no se creen merecedores de las gratificaciones que les brinda el arbitraje por lo que aprovechan el más mínimo error para auto castigarse. De otro lado, se encuentran los silbatos perfeccionistas para los cuales cualquier falla es una buena excusa para auto reprocharse y criticarse constantemente. Estos juzgadores tienen en común un pensamiento rígido y polarizado, es decir, aprecian el arbitraje en blanco y negro, o están bien o están mal y eso no debe ser así.
Cambie la forma de pensar
El árbitro moderno debe apreciar la infinidad de tonalidades que existen y cambiar  su forma de pensar estricta y estereotipada, y debe ser capaz de analizar los aspectos positivos y negativos de una situación y a no inclinar la balanza únicamente en un solo sentido. Aún si asume su  responsabilidad en una situación por haber cometido  un error, lo más productivo es mirar al futuro y pensar en qué podría hacer para no incurrir en el mismo y así aprender de este. La culpa nunca es la solución porque los encierra en una trampa que no los deja pensar y los llena de sufrimiento.