sábado, 24 de agosto de 2013

APRENDA DE LA EXPERIENCIA

En el aprendizaje de cualquier disciplina se ha documentado el valor educativo que tiene la experiencia, particularmente en el arbitraje ésta resulta no sólo insustituible sino también indispensable. No se puede formar árbitros a distancia, ni aprender a arbitrar exclusivamente a partir de correr mucho y de leer y memorizar el reglamento.
Hay que vivirlo      
Es importante adquirir habilidades complejas, como pueden ser la táctica y la técnica arbitral, no obstante, a pesar de los avances pedagógicos como los módulos de aprendizaje que promueve la Comisión Nacional, el uso de videos y simuladores de retroalimentación, no se ha logrado sustituir el valor de ver, oír, tratar y estar con los jugadores reales en los partidos, el hecho de experimentar las vivencias subjetivas que  conlleva estar en un campo de juego, y sufrir y gozar con lo que se hace.
Pasadas o presentes
La palabra ‘experiencia’ se refiere a la naturaleza de los situaciones que viven los árbitros, utilizada en tiempo presente, alude a la parte objetiva de la existencia cotidiana en los campos de juego, y en tiempo pasado tiene que ver con el producto acumulado de lo que vivió en categorías o partidos anteriores. Nuestras experiencias son todo lo que tenemos, de hecho son nuestra única fuente de información. Está claro que no todo el mundo aprende de igual forma, algunos pueden cometer siempre los mismos errores mientras que otros ven en estos una oportunidad de corregir.
Practicas significativas
De todo partido, sin importar la categoría se extrae cierto grado de aprendizaje, sin embargo, es a partir de las experiencias denominadas “significativas” de donde se obtiene el aprendizaje más valioso, como por ejemplo situaciones críticas o decisiones controvertidas. Si la sola exposición a las circunstancias de los encuentros deportivos fuera suficiente, los silbatos más veteranos serían los más sabios, pero no. Para aprender de la experiencia se tienen que propiciar prácticas que tengan significado en la vida del árbitro que las vive.
Herramienta de cambio
La experiencia no sólo tiene que ver con el aprendizaje práctico, pues a partir de ella se genera también la motivación para una profundización teórica y para una generalización o transferencia del conocimiento. Resumiendo, para  que un árbitro aprenda de la experiencia de él mismo o de la de los demás tiene que aceptarla como herramienta de progreso, analizar las causas, reflexionar y cambiar, para no volver a incurrir en lo mismo en el futuro; de conseguirlo podría avanzar muchísimo dentro del arbitraje y ser  más eficiente, incluso con menos problemas cada vez que dirija.
Texto original escrito por José Borda para www.revistaarbitros

domingo, 18 de agosto de 2013

EL ESTRÉS EN EL JUZGAMIENTO


El estrés en el arbitraje se puede definir como un conjunto de reacciones emocionales nocivas tanto físicas como psicológicas que le ocurren al árbitro cuando las exigencias de los partidos no igualan sus capacidades o sus recursos, es decir, es toda demanda adicional física o psicológica que se le haga al organismo. El eustréss, es el estrés positivo que estimula al silbato a mejorarse y a superarse; y el distress, es el estrés negativo que involucra demandas muy grandes para el organismo del árbitro.

Respuesta del organismo 

El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional, el resultado fisiológico de este proceso en un partido lo podemos dividir en tres aspectos que redundan en la dirección del mismo, primero, arbitrar de acuerdo a los cánones del arbitraje, tranquilos, justos y concentrados; segundo, el deseo terminar rápido el partido y por ejemplo, dejarse gritar, dejar pegar entre si a los jugadores e intentar huir de la situación que provoca conflictos; y tercero, confrontar las situaciones violentamente.

¿Por qué se produce?

Cualquier suceso que genere una respuesta emocional del árbitro en un partido puede causar estrés, esto incluye tanto situaciones positivas (nombramiento de un partido en una categoría superior, nombramientos consecutivos) como negativas (cuando no toma decisiones adecuadas o no saca las tarjetas a tiempo). El estrés también surge por irritaciones menores, como cuando el jugador le pregunta algo, levanta la mano o habla constantemente. Esta clase de situaciones que provocan estrés en un árbitro pueden ser insignificantes para otro.

Tipos de estrés

El estrés físico, es aquel que no permite que el árbitro se desempeñe correctamente en la rutina de sus partidos y puede llegar a entorpecer el funcionamiento de los sentidos (no ve bien las jugadas, no se concentra, no corre); y el estrés psíquico, es aquel causado por las exigencias que hacen al arbitro cumplir en un lapso de tiempo corto con muchos o exigentes servicios arbitrales, con el acatamiento de procedimientos, con la concentración excesiva; que lejos de mejorar su rendimiento lo empeoran. 

Signos y síntomas

El estrés es una reacción normal de la vida de los árbitros de cualquier edad y afecta órganos y funciones de todo el cuerpo, los síntomas más comunes son, cambios de humor, dolor de cabeza y alteración de las relaciones con jugadores, familiares y amigos, tales señales precoces son fácilmente reconocibles; existen otros como, depresión, ansiedad, insomnio, indigestión, nerviosismo, elevación de la presión sanguínea, gastritis y úlceras en el estómago, problemas de sueño, y trastornos alimenticios.

Como manejarlo

Si juzgar partidos de fútbol de salón en grandes volúmenes le causan estrés, para manejarlo se debe enfrentar la situación de forma efectiva, es decir, no se imponga más responsabilidades de las que debería tener; más bien concientícese de su labor, duerma e hidrátese bien, y entrene frecuentemente hasta adaptarse a la nueva situación; tenga siempre a disposición una válvula de escape, por ejemplo, realizar algún pasatiempo diferente y aprender técnicas de relajación como yoga o meditación; por ultimo, evite a toda costa el uso de tranquilizantes.

Escrito por Jose Borda - para revista arbitros

MALOS HABITOS

Los gestos deben descifrarse  en su conjunto, las manos, los brazos, y la postura general son los elementos que mayores expresiones corporales provocan en los árbitros, ahora bien, aclarado este punto comencemos por decir lo que significa el gesto de taparse la boca con sus manos; si esa acción que realizan algunos árbitros  y asistentes en el momento de hablar con sus compañeros dentro del escenario de juego.
Diciendo mentiras     
El hecho de hablar con la boca tapada con la mano manifiesta que el emisor miente, pues según los analistas cuando se engaña, el cerebro ordena a la mano cubrir los labios para evitar la salida de las palabras falsas; también puede significar que no cree o no quiere creer lo que está viendo o escuchando. Esta acción es muy común en los árbitros cuando sucede una jugada controvertida y necesitan buscar una solución o cuando un jugador merece ser descalificado o expulsado.
Gesto involuntario
Así es que cuando se miente, el gesto involuntario es levantar el brazo y llevar una o ambas manos hacia la cara, sin embargo, con el tiempo el arbitro adquiere la capacidad de disimular esta señal y cambiar el lugar hacia donde se dirige su mano, quizás hacia el cuello, la comisura de la boca, la barbilla, la nariz, un ojo, la sien, el pelo o una oreja. ¿Pero será cierto que en realidad un silbato necesita hoy día taparse la boca para hablar con sus colegas?
Asunto del pasado
Esta ademas, debería ser creo yo, una política general para todos los árbitros, sin excepción, el arbitraje no debe tener nada que esconder, los árbitros siempre deben actuar con transparencia en sus términos y en sus acciones. El árbitro moderno no debe tapar su boca con la mano cuando brinde una información, eso es un mal hábito y un asunto del pasado, por ultimo si un árbitro tapa su boca la boca para ocultar que le lean sus labios y que después la televisión muestre lo que dijo, es algo ridículo pues si brinda la información precisa nunca va a tener problemas. Este es un mal hábito que hay que erradicar del arbitraje.
Escrito por Antonio Pulido para: revistaarbitros.com