viernes, 12 de julio de 2013


USTED ES UN ARBITRO... EFICAZ O EFICIENTE?

¿Ser protagonista del espectáculo o pasar desapercibido? ¿Permanecer serio e inaccesible o mantener un diálogo fluido con los jugadores? Estas y otras preguntas rodean al mundo del arbitraje en todas sus categorías, no obstante, todos quieren adoptar el mejor rendimiento en los terrenos de juego, pero ¿Cuáles son los principios fundamentales para convertirse en un árbitro eficaz o eficiente? ¿Sobre cuál se debe trabajar?

Una y otra 
El árbitro es eficiente cuando realiza bien la tarea que se le ha encomendado y se le considera apto, capaz y competente, al tiempo que destaca la necesidad de tomar decisiones ajustadas técnica y disciplinariamente a las demandas del juego en un clima de respeto y autocontrol; mientras que el árbitro eficaz es aquel que da buenos resultados, y logra los objetivos. La eficacia, se enfoca en los recursos que se tienen para arbitrar y el utilizarlos de la mejor manera posible.

Combine las dos
¿Se puede ser eficiente sin ser eficaz? ¿Qué tal ser eficaz sin ser eficiente? La respuesta a ambos interrogantes es afirmativa, aunque las anteriores definiciones ilustran la posibilidad de trabajar eficaz o eficientemente, prescindiendo de una u otra habilidad, lo ideal es ser eficiente y eficaz para poder ser fructíferos, entonces eficiencia más eficacia es igual a productividad, si se ve desde este punto de vista la combinación de los dos términos en la realidad van a ser de cada arbitro un elemento más competente a la hora dar resultados en los partidos.

En los partidos 
En la vida real existen muchos árbitros que cuentan con talento y muchos conocimientos, sin embargo, a pesar de que los utilizan de la mejor manera posible en cada uno de los partidos fracasan en la consecución de sus objetivos. Por otro lado, otros derrochan sus habilidades y aún así logran llegar alcanzar sus propósitos. Los menos exitosos son los que aprovechan al máximo los recursos con que cuentan pero son eficaces o eficientes; y otros, aún con pocos recursos, aplican estas dos características y logran resultados fabulosos convirtiéndose en competentes, la clave es entonces la armonía entre las dos.

Reúna las condiciones 
El estudio del reglamento con sus últimas actualizaciones, la experiencia, la preparación de los partidos mediante la observación de vídeos, la confianza en sí mismo, el equilibrio para tratar a los jugadores, la concentración en su cometido y en las alternativas del juego y el asumir los desaciertos como fuente de aprendizaje; son algunas de las formas de trabajar estas dos cualidades. El error al tomar una decisión en el terreno de juego no debe condicionar las decisiones posteriores hacia alguna de las mismas.

Escrito por Jose Borda para revista arbitros

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