miércoles, 31 de octubre de 2012


EL GRADO DE DIFICULTAD

“Los partidos son como los Melones hasta que no se abren no se sabe cómo van a salir”, con esta popular frase se diferencian la jerarquía de los partidos ya que aunque todos son “encuentros deportivos” no son iguales y cada uno tiene su grado de dificultad para la dirección arbitral.

Aspectos que dan la pauta  
Dependiendo de cómo enfrente el silbato el nivel de cada partido va a obtener resultados, pero principalmente va a lograr que el  mas difícil se vuelva fácil o viceversa. Pero ¿Como se sabe que un partido es fácil  o difícil? Para determinar el grado de dificultad de un partido se deben tener en cuenta  los siguientes aspectos; la conducta de los jugadores, el desarrollo del juego, el comportamiento de los aficionados, la evolución del marcador y el estado del escenario de juego. Normalmente  estos elementos suelen presentarse uno a uno y esporádicamente, pero, si tres de estos aspectos convergen simultáneamente, el encuentro  ya es difícil.
Los  fáciles difíciles
En  los partidos fáciles la ausencia de dificultades, está a la orden del día y por consiguiente el mismo  se presenta accesible, pero si  a esto se le suman comportamientos deficientes del equipo arbitral el encuentro de por si se hará más complicado de arbitrar, en estos encuentros el árbitro puede realizar una actividad física y técnica moderada la cual involucra algo de esfuerzo pero con relativa comodidad, pero sin estar muy relajado. Sin embargo, también debe ser consciente e identificar oportunamente cualquier anomalía para tomar los correctivos a tiempo y no dejar que el entorno se vuelva hostil.
Los difíciles más difíciles
 Para los más difíciles, el árbitro debe mostrar buena experiencia, buen manejo de las situaciones, buen estado físico y muy buena ubicación además debe darle buen uso al sentido común, poseer una buena concentración, capacidad de persuasión y lo más importante haber desarrollado una excelente credibilidad en el poco o mucho tiempo que lleve de dirigido el encuentro, ya que cuando suceda la jugada infinita, ahí comenzara a saber qué tipo de partido está dirigiendo realmente.
Pongale el grado
 De igual manera puede acontecer la situación inversa, el partido puede ser difícil o muy difícil y si el árbitro toma decisiones  firmes, oportunas y definitivas, en una fase concreta del partido lo puede convertir en fácil, en otras palabras el grado de dificultad en la mayoría de veces lo pone el árbitro y para que un partido llegue a catalogarse como tal siempre será la consecuencia directa de su actuación.  Ahora que ya lo sabe, a un partido póngale el grado de dificultad que quiera
Escrito por Jose Borda

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