- En el aspecto jurídico, el arbitraje tiene un único objeto, poner término a un litigio mediante una decisión de justicia, que se basa en un conocimiento profundo de las reglas de juego.
- Las decisiones del árbitro deben ser claras y por ese motivo conviene desarrollar los reflejos y el sentido de anticipación ante hechos reprensibles.
- La lentitud traduce una vacilación, una falta de convicción y si el árbitro duda, da pie a una discusión, surge la duda y a partir de eso, generalmente se inicia la desobediencia, a veces mas importante que estar seguro es parecerlo.
- Por todo ello, el pitazo instantáneo ante la falta cometida da real jerarquía arbitral y evita situaciones que, debilitan la autoridad del árbitro.
- Una acción con infracción producida y sancionada con justicia y personalidad, da la sensación de capacidad de gobierno de la situación.
- Si consideramos que la voz del árbitro es el silbato, tenemos que poner especial cuidado en la elección de ese elemento.
- Se aconseja que se elija un silbato de tono grueso (grave), sus resoluciones tienen que ser percibidas por los protagonistas del encuentro y además, por el público en general.
domingo, 22 de abril de 2012
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