viernes, 5 de noviembre de 2010

PSICOLOGIA ARBITRAL

Para arbitrar se necesita “coraje”
El coraje es una virtud que se puede definir como la fuerza de voluntad que posee un árbitro para llevar a cabo una acción a pesar de impedimentos que le generen miedo; la habilidad de sobreponerse a este y perseverar en los objetivos, sobre todo en momentos difíciles. Dicho de otra manera, es la cualidad de carácter que le permite enfrentar el peligro o las cosas desconocidas con valor aunque no tenga confianza en sí mismo. Existen jueces que no enfrentan con coraje los desafíos de sus partidos, por el contrario hay otros que si lo hacen y no saben de dónde sale.

Clases de coraje
Existen dos clases de coraje, el corporal, que hace que el árbitro resista cargas físicas superiores; y el moral, que le permite actuar correctamente a pesar de recibir por ello descrédito popular, vergüenza, deshonor o represalias sociales. El coraje es un valor apreciado en los deportes y en la mayor parte de las actividades o profesiones que involucren la toma de decisiones difíciles; muchas veces los silbatos tienen que adoptar disposiciones trascendentales en contra de un equipo con todos los elementos adversos.

Fuerza de voluntad
La palabra “coraje” da a entender que es poner el corazón por delante, tener un sentimiento profundo hacia lo que se hace, sacar fuerza de voluntad desde lo más recóndito. El coraje es la primera virtud humana que hace que todas las demás sean posibles, surge como una herramienta psicológica que a pesar de las adversidades, le permite al árbitro ser justo, es como un músculo que puede ser fortalecido y desarrollado con el ejercicio adecuado o puede crecer flácido en el camino de la resignación.

Demostrarlo siempre
Todo en el juzgamiento deportivo requiere de coraje, por ejemplo, para crecer arbitralmente se necesita atravesar caminos que son difíciles de transitar y enfrentar situaciones que se prefiere no hacer. En este proceso el silbato sentirá emociones a las cuales no se encuentra acostumbrado, las cuales muchas veces pueden ser muy fuertes y hasta dolorosas, pero el premio es encontrarse, reconocerse y animarse a ser el mejor. En este sentido podrá tomar riesgos y aceptar desafíos; ser totalmente honesto consigo mismo, planear el futuro, pero vivir en el presente y dejarse guiar por la intuición y sabiduría como muestras de coraje.

Cómo fortalecerlo
¿Cuál podría ser una rutina de ejercicios que permite fortalecerlo o ejercitarlo? Pareciera difícil de determinar, sin embargo, hay varios interrogantes que ayudan a resolver este dilema ¿Cuál fue la última vez en que un miedo lo frenó para tomar una decisión en un partido? ¿Qué precio pagó por eso? ¿Cuándo hizo algo en un encuentro deportivo aún sintiendo miedo? y ¿Cuál fue su premio? Una forma de complementar esta rutina es haciendo una lista de aquellas oportunidades en las que haya actuado con coraje sintiendo valor más allá de sus limitaciones y confianza. El árbitro competente es aquel que siempre demuestra su coraje.

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