miércoles, 20 de octubre de 2010

PSICOLOGIA ARBITRAL

LA HONESTIDAD EL MEJOR NEGOCIO
Una de las cualidades que más se busca y se les exige a los árbitros es la honestidad, este valor es indispensable para que los encuentros deportivos se desenvuelvan en un ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y lo más importante credibilidad. Pero ¿Qué es la honestidad? ¿Cuál es ese valor que no sólo los silbatos deben demostrar en los campos de juego sino en la vida diaria? Para no ir tan lejos, la mejor definición que podría darse es aquella en la que se ve esta cualidad como una forma de vivir conforme entre lo que se piensa y la conducta que se demuestra hacia los demás, que junto a la justicia, exige darle a cada quién lo que es debido.

Cualidades explícitas
Un árbitro demuestra sus cualidades como honesto cuando es sincero con sus palabras y estimaciones hacia jugadores y colegas, cuando cumple con sus compromisos, obligaciones y logra sus objetivos, sin trampas o engaños; cuando evita la murmuración y la crítica que afectan negativamente la personalidad de los demás; cuando guarda discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales; y sobre todo, cuando tiene especial cuidado en los terrenos de juego al darle a cada equipo lo que le corresponde, e informa en su planilla de juego los motivos exactos por los que terminó un partido o excluyó a un jugador.

Cómo se trabaja
Dentro del juzgamiento ser honesto no es solamente no recibir dadivas económicas o materiales escondidamente de quienes lo proponen, hay una serie de circunstancias que también se deben trabajar para demostrarlo como: ser fiel a las promesas y compromisos que se adquieren dentro y fuera de los terrenos de juego; aceptar serenamente los errores y fallas que se cometen, así como sus consecuencias; rectificar y si es necesario pedir disculpas; alejarse de la pereza y cumplir con los deberes, así no habrá necesidad de dar pretextos o mentir para encubrir la falta de responsabilidad. Por último hablar siempre con la verdad, no inventando ni exagerando cosas sobre la propia carrera.

Algunos obstáculos
Entre las adversidades que un árbitro honesto tiene que rehusar, vencer y alejar de su modelo de conducta deportiva están: la impunidad y la violación de las leyes traicionando sus compromisos; la aceptación de que el éxito es de los "vivos" y los mentirosos; la idea de que aquellos que viven de la trampa alcanzan más logros sobre los que trabajan; y la desmotivación al no recibir estímulos y reconocimientos. Por el contrario, el cumplimiento de su deber, el continuar trabajando igual y con más ahínco, le permitirán defender sus principios y convicciones por sobre todo y todos.

No a la inmoralidad
Cuando algún árbitro miente, roba, engaña, hace trampa o recibe algún obsequio diferente a su pago ordinario, su espíritu entra en conflicto, la paz interior desaparece; esto es algo que todos perciben porque no es fácil de ocultar. Los silbatos deshonestos se pueden reconocer fácilmente porque engañan a los otros para conseguir de manera abusiva un beneficio, aunque es muy probable que alguno logre engañar la primera vez, a la siguiente, al ser descubierto será evitado por todos o será tratado siempre con precaución y desconfianza. Mi madre, me dijo una vez un concepto de aplicación vital: “La honestidad, hijo mío, en todos los órdenes de la vida, a la larga es buen negocio”, a través de los años me di cuenta que tenía razón.

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