sábado, 20 de abril de 2013


Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un árbitro en un partido es la falta de coherencia en sus decisiones, es decir, el no aplicar las reglas a los equipos con la misma interpretación, y aunque aparentemente se percibe fácil, la mayoría de veces no lo es. De acuerdo a lo anterior es de vital importancia que un silbato sea capaz de aplicar su conocimiento consistentemente cuando practique el arbitraje.
Sinónimo de justicia                        
Ser coherente en la toma de decisiones es una cualidad que deben tener los árbitros exitosos, pues los jugadores y quienes están alrededor de un partido de fútbol de salón valoran esta condición como sinónimo de justicia. No se puede castigar a un equipo técnica y disciplinariamente en una acción y al otro en una acción similar no tomarle correctivos, lo que se debe hacer es medir a todos con la misma vara y tener en cuenta que situaciones semejantes, se deben juzgar de la misma manera.
Esfuerzo consistente
La coherencia en las decisiones es la ausencia de contradicciones en las mismas, es una de las llaves para lograr que el encuentro termine bien, con ello no se busca que los árbitros piten bien un solo partido, el éxito verdadero y duradero en la profesión requiere de un esfuerzo sostenido y equilibrado en la valoración de las faltas en todos los juegos. Desde esta perspectiva, los jugadores, técnicos y periodistas se sentirán cómodos cuando puedan confiar en que el árbitro hará exactamente lo que ellos piensan que va a hacer, porque ya lo ha hecho anteriormente o porque lo demuestra regularmente.
Cualidad preciada
La consistencia ayuda a simplificar los esfuerzos, a enfocarse en las situaciones de juego, a conocer de forma rutinaria las expectativas que tienen los jugadores y lo más importante, a que ellos sepan a qué atenerse con el árbitro cada vez que les arbitre; todo esto equivale a un impacto positivo en la carrera arbitral ya que cada vez que se los encuentre le facilitarán las cosas. Si bien lo queramos admitir o no, es una realidad evidente que a quienes están alrededor de un partido de fútbol de salón les gusta que el árbitro sea consecuente en sus decisiones.
¿Qué quiere ser?
Si un árbitro es coherente en todas sus actuaciones y procedimientos dentro y fuera de los terrenos de juego encontrará que es mucho más lo que recibe y logra que cuando es inconsistente. La diferencia entre una y otra es tan grande a favor de la coherencia por toda la credibilidad, respeto y notoriedad que adquiere el árbitro, contrario a esto la inconsistencia no lleva a ninguna parte que tenga que ver con el éxito. ¿Usted decide qué tipo de decisiones quiere tomar?
Escrito por José Borda... para revistaarbitros.com   

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