lunes, 30 de julio de 2012


SOY CONFLICTOLOGO!!!!!
Escrito por José Borda para www.revistaarbitros.com
Existe un conflicto cuando un árbitro encuentra en el comportamiento de los jugadores o cuerpos técnicos un obstáculo que se interpone para el logro de sus objetivos. En la medida en que los jugadores, técnicos y los árbitros tienen deseos, opiniones y necesidades diferentes es normal que haya comportamientos disimiles en los partidos y por tanto choques y roces; en este tipo de situaciones unos hacen valer sus intereses del mismo modo que los otros hacen valer los suyos, precisamente, la fuerza de estos es la que determina la intensidad del conflicto y que la posición sea conciliable o no.
Distintos orígenes  
Los conflictos entre los jugadores y árbitros se originan, primero, porque unos y otros captan las situaciones de los partidos de una forma muy diferente; segundo, porque manejan la información de manera incompleta, hay juicios y opiniones que se emiten advirtiendo sólo una parte de los hechos, pues no todos conocen el reglamento; tercero, por fallas en la comunicación interpersonal debido a que uno no emite sus mensajes en condiciones adecuadas o porque los otros no saben, no pueden o no quieren descifrar el mensaje; y cuarto, por diferencias de caracteres, todos tenemos una forma de ser diferente.
Salida a los problemas
La solución de conflictos es un nombre formal para la resolución de los problemas que se presentan en un partido, de tal forma que les permite a los silbatos conservar su autoridad, y a los jugadores salvar su dignidad sin necesidad de recurrir a actos erróneos o violentos. Esta herramienta además proporciona reglas para mantener buenas relaciones con los jugadores; métodos positivos para la solución pacífica de las dificultades; y ayuda a utilizar los conflictos para aprender, pensar y comprender mejor el fútbol y arbitraje.
Que los provoca
Existen unas actitudes por parte de los árbitros que provocan el conflicto con los jugadores, algunas son: ordenar e imponer, esto produce en los salonistas resistencia y actitudes defensivas; amenazar constantemente; moralizar y sermonear, causa problema cuando se trata que el jugador se sienta culpable y obligado a hacer las cosas; aconsejar o dar soluciones, la advertencia, implica "superioridad" y pueden provocar que el jugador y/o técnico se sienta molesto; por último, juzgar y criticar, más que ningún otro mensaje este hace que los jugadores se sientan incompetentes o tontos.
Como manejarlos
Cuando el árbitro acepta que los conflictos son parte de la condición del deporte, que favorecen el progreso en el mismo, que hay que aprender a convivir con ellos, y de igual manera afrontarlos en vez de evitarlos, está aprendiendo a darles un manejo adecuado y se convierte en un "conflictólogo" término que se le da a quien participa en la solución de conflictos desde la no violencia. Para tratar los conflictos se debe evitar el atribuirlos a la mala voluntad de los jugadores; aceptar las diferencias individuales y no convertirlos en problemas personales; por último, se debe comprender que el árbitro que dialoga asume el riesgo de ser persuadido y que de actuar así tiene que cambiar sus actitudes.

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