sábado, 26 de mayo de 2012

 ARBITRAR ES PREDECIR
Escrito por :Antonio Pulido 
Arbitrar un partido no es otra cosa que una serie constante de pequeñas predicciones, en catarata.
A eso se dedica básicamente el cerebro de quien lo hace. Y el de los árbitros lo hace bastante bien. Ésas son las conclusiones del último estudio del neurocientífico cognitivo estadounidense de Jeffrey Zacks, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Washington de San Luis (EE.UU.)
El cerebro no vaticina
Zacks consiguió identificar la región del cerebro que trabaja en esa pequeña clarividencia que tienen los árbitros y la mayoría de personas en su vida cotidiana. Pero como el propio Zacks aclaró y al contrario de lo que ha aparecido en algunas publicaciones de divulgación científica, el cerebro no predice el futuro como dicen poder hacer los astrólogos y tarotistas. “Cuando hablamos de predecir el futuro, la mayor parte de las veces pensamos en saber qué va a pasar con los acontecimientos de  Trípoli o si el próximo huracán va a llegar a nuestra región, y en eso somos bastante malos',  dijo Zacks.
Pronósticos a corto plazo
“Pero en lo que somos buenos, es en predecir qué va a pasar en el cortísimo plazo, en los próximos dos o tres segundos' y en eso si que aciertan los árbitros. De hecho, Zacks detectó que en ese cortísimo plazo, los réferis y el resto de los mortales  pueden llegar a predecir lo que va a pasar con un 90% de acierto. Aunque claro, eso mientras los acontecimientos en los partidos o en la vida diaria sigan una línea coherente de causalidad. La investigación estudió a un grupo de jóvenes voluntarios en un laboratorio. Los pusieron a ver partidos de futbol y películas, luego las paraban para pedirles que predijeran lo que iba a pasar cinco segundos después.
Predicciones complicadas
La mitad de las veces, la interrupción venía seguida de acontecimientos límite. Los participantes en el experimento acertaban en un 90% con las situaciones que seguían un curso normal, pero no alcanzaban el 80% cuando había cambios de situación. Y es que como explica Zacks, es más complicado hacer predicciones cuando hay una alteración repentina en el rumbo de los acontecimientos. “Además, los sujetos lo sabían y se daban cuenta de que estaban teniendo problemas'.
Resultados notables
El resultado fue un notable incremento de actividad en el sistema de dopamina del cerebro medio, tanto cuando hacían la predicción como cuando se les revelaba si era acertada o no. En ese sentido, el experimento detectó que la activación del MDS en los fallos en la predicción es consistente con la tesis de que esos errores engendran un proceso de reorientación de la atención y una actualización de la memoria. Además, como  dijo Zacks, esperan que sus teorías además de detectar que arbitrar es predecir rápidamente sus conclusiones puedan servir a la hora de diagnosticar de forma temprana diferentes enfermedades neurológicas.

No hay comentarios: