martes, 28 de septiembre de 2010

EL FESTEJO DEL GOL

Está permitido que los jugadores expresen su alegría cuando sus compañeros marcan un tanto puesto que esta práctica hace parte del fútbol de salón y el no autorizarla haría ver la anotación como un “jardín sin flores”; no obstante, la celebración no deberá ser excesiva. La regla 8 permite celebraciones razonables, sin embargo, no se deberá alentar la práctica de festejos coreografiados si éstos ocasionan una pérdida de tiempo innecesaria.

Sepa diferenciar

Lo que queda claro es que los jugadores pueden festejar siempre que lo deseen y debe permitirse cuando esto no constituya un abuso, una burla al adversario, una pérdida de tiempo o induzcan a la violencia, lo que debe reprimirse es el festejo desmedido, y en estos casos es cuando los árbitros deberán intervenir, pero ¿Dónde termina lo normal y comienza lo exagerado? la respuesta a este interrogante es la que tiene que conocer el árbitro.

Festejo desmedido

Se entiende por festejo desmedido, cuando un jugador extrema, dramatiza o se excede en la celebración. Se ha dado como ejemplo de festejos desmedidos, treparse a las tribunas, colgarse de las redes, celebrarle o dedicarle el gol a la barra del equipo contrario. En estos casos siempre que un jugador lo haga se hará acreedor a una tarjeta amarilla.

Buenas celebraciones

No obstante hay otras celebraciones como, realizar bailes de todos los tipos, sacarse el zapato y utilizarlo como teléfono, el que los compañeros lustren los botines, hamacar a los hijos en los brazos, botarse al campo de juego como si fuera piscina, cargar a los compañeros, echarse sobre los compañeros que están en el piso etc, que en principio no deben ser consideradas festejos desmedidos, excepto, por supuesto que duren más tiempo de lo normal, de ser así entrarían en la pérdida de tiempo y tendrían que amonestarse.

Prevenga o reprima

En el fútbol de salón está permitido el arbitraje preventivo, y en ese sentido el buen árbitro previene las cosas antes de que ocurran para no tener que llegar a reprimirlas, esta es una técnica de arbitraje permitida y recomendada por la AMF y los Instructores nacionales e internacionales. En este contexto, el árbitro puede adelantarse a los acontecimientos y cortar inmediatamente los festejos desmedidos si le es posible antes de que se produzcan, con advertencias verbales o gestos corporales claros, y si no se alcanza a hacerlo se debe reprimir con el castigo correspondiente.

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