CONCÉNTRESE
Escrito por: José Borda
La concentración es la
capacidad para fijar la atención y mantenerla sobre ciertos estímulos
durante un período de tiempo determinado, es decir, es un estado del
subconsciente que les permite a los árbitros estar en alerta mental y
física ante las exigencias de un partido; les sirve para prestar la
atención necesaria y desempeñar de forma efectiva la función arbitral; por todo esto es de gran importancia desarrollar dicho hábito con el fin de lograr mejores resultados.
Necesidad significativa
Los árbitros necesitan de un elemento muy significativo como la
concentración para realizar su labor arbitral de manera eficaz, pues sin
ella no podrán lograr una máxima utilización de sus capacidades
intelectuales. Mediante la concentración, la mente y el cuerpo aprenden a
actuar juntos sin malgastar energía física y mental; este es el estado
ideal que permite a los árbitros el vaticinio de un seguro éxito.
Característica principal
Aunque la concentración y la atención son consideradas frecuentemente
como sinónimos, esta última se constituye como característica principal y
prerrequisito de la misma. La atención es un mecanismo interno mediante
el cual el cerebro elabora e interpreta la información y le da sentido,
permite aplicar un especial cuidado a lo que se va a hacer y orientar
la mente hacia lo que se está haciendo.
Tipos de atención
Existen dos tipos de atención, el primero es la atención sostenida o
aquella mediante la cual se cuida una tarea desde el principio hasta el
final, como por ejemplo, el estar pendiente de todas las situaciones que
suceden en un partido; y el segundo, es la atención específica que es
la que permite advertir solo determinados aspectos, tales como avisos o
advertencias de los asistentes, anotadores y cronometristas, faltas,
amonestaciones. La atención también se puede clasificar como selectiva,
limitada y fluctuante
Factores que la afectan
Existen
factores que influyen de manera determinante sobre el proceso de
concentración estos son: los problemas derivados de focos atencionales
inadecuados, es decir, el quedarse prestando atención a demasiadas
señales; la fatiga y reducción de las reservas de sustratos energéticos
como el glucógeno muscular; la deshidratación, que no les permite a los
árbitros acertar en sus juicios; el cansancio; el estrés; y finalmente
los bajos estados de ánimo.
Ejercicios de mantenimiento
En
cualquiera de los casos la concentración se puede mejorar con la
práctica, si realiza los siguientes ejercicios comprobará que cada día
le quedará más fácil concentrarse: inicialmente adhiérase a una rutina,
es decir, cronograme su tarea de arbitrar para que ésta sea eficaz; haga
algo distinto en el de tiempo de descanso, pensar y hablar de otras
cosas le ayudan a entrar con mejor disposición; evite soñar despierto
en los partidos; muéstrese arbitrando exteriormente interesado mediante
su expresión y postura, pues esto motivará su interés interno; y por
último, resístase a las distracciones.
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