Escrito por: Antonio Pulido
Supongo que es difícil hablar de la importancia de un calentamiento
antes de un partido, pues en menor o mayor medida, todos los árbitros
tienen que calentar, con más o menos tiempo, más o menos medios y más o
menos intensidad, pero deben de disponer al organismo, a todos los
niveles, para encarar un partido en el que han de dar el 100% de las
posibilidades reales, para lo cual entrenan los días de la semana que
tengan determinados.
Aspecto importante
Aunque el término “calentamiento” nos hace pensar en un concepto
únicamente fisiológico, es algo más, no solamente se hace para aumentar
la temperatura corporal, lubricar las articulaciones, preparar
tendones, ligamentos, adecuar pulsaciones y la respiración a las
exigencias del partido, que por supuesto es básico, sino que además, un
calentamiento mete al árbitro en la competición, lo prepara
mentalmente y psicológicamente para poder centrarse en el partido y
disponer al organismo, como un único todo, para rendir al máximo de sus
posibilidades.
Ritual personal
Es por ello que se debe
tener un calentamiento estable, invariable, con un orden establecido,
casi rutinario, si se hace de esta manera el árbitro se va metiendo en
el partido, va completando un protocolo que sabe dónde termina, en una
situación de máxima exigencia, tanto física, como psicológica, ya que
factores de rendimiento son tanto musculares, como perceptivos,
atencionales, decisionales, etc. y cualquier buen calentamiento ha de
centrarse también en estas cosas. Existen auténticos rituales de
preparación para las competiciones, y, salvando las distancias, un
árbitro tendrá que tener ese ritual personal, que llega a empezar en el
vestuario.
Nuevas técnicas
En los últimos años, el
calentamiento de los árbitros ha evolucionado de forma excepcional,
eso se puede ver hoy en día en las diferentes categorías, los silbatos
que calientan con las nuevas técnicas están más adecuados a las
exigencias del fútbol de salón contemporáneo, respetando el modelo de
rendimiento y olvidándose de rutinas prehistóricas que emplearon; el
calentamiento hoy día incluye movilidad general con balón, pues la
pelota debe ser la gran protagonista en el calentamiento moderno, pues
es el útil que tiene que observar constantemente en el partido y donde
lo pierda de vista va a tener problemas, en todo caso no debe correr por
el campo haciendo únicamente desplazamientos sin balón.
¿Quién dirige?
¿Quién debe de dirigir el calentamiento? El central uno, el dos, sus asistentes, el
que sepa de la materia… pues bien, esta pregunta es la más sencilla de
todas: el árbitro. Nadie mejor que él ha de dirigir su calentamiento y
el de sus compañeros pues él sabe lo que necesita para estar a punto
para rendir al 100% y ya que tiene la oportunidad de hacerlo
constantemente, aunque si el calentamiento no convence a sus compañeros estos deben hablar con el árbitro para que alguien que sepa introduzca
matices que lo enriquezcan de consejos y opiniones y pruebe alguna
tarea nueva. ¿Cuánto debe durar? pues se recomienda que de 20 minutos a
media hora, este es el tiempo adecuado para calentar correctamente,
volver al vestuario, vestirse y saltar al partido.
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