HASTA DONDE PUEDE SOPORTAR INSULTOS
La palabra es el arma más poderosa que existe en el fútbol de salón y uno de los modos de usarla y al que con más frecuencia se recurre es al insulto. El insulto forma parte inherente del salonismo nacional, hasta tal punto que los jugadores lo utilizan contra los árbitros cuando son expulsados o no comparten algunas decisiones. Pero ¿Hasta dónde soportan los árbitros este tipo de situaciones, ¿Por qué tipo de insultos un silbato expulsa a un jugador?¿Existen casos en los que frente a los agravios los arbitros se hacen los de la vista gorda? Estos y otros interrogantes se aclaran a continuación.
Realidad diferente:
El reglamento contempla que "cualquier jugador que manifieste un lenguaje o comportamiento ofensivo, grosero u obsceno debe ser castigado inmediatamente con una expulsión", sin embargo, sabemos que esto no siempre es así, y que en los campos de juego la realidad es otra y es la interpretación de cada silbato la que acaba definiendo el castigo en cada caso. Si un árbitro aplicara el reglamento “al pie de la letra” en la mayoría de partidos se quedaría sólo y dichos encuentros no terminarían, es por esto que se realizo una investigación para saber cuánto aguantan los árbitros los insultos.
Estudio al límite:
Tres investigadores austriacos presentaron una muestra de más de cien insultos a un grupo de trece árbitros para ver cuál era el límite de cada uno de ellos, una vez escuchados debían determinar si el insulto era merecedor de una tarjeta roja, una tarjeta amarilla, o una reconvención verbal, incluso si se podían llegar a "hacer de los de la vista gorda" a los agravios de los jugadores, esto con el fin de llevar a buen término el partido. El estudio pretendía saber hasta dónde eran capaces de resistir los improperios o si efectivamente no aguantaban nada y expulsaban a los deportistas por “simplezas”.
Ponderar el insulto:
Uno de los objetivos del estudio fue ponderar la gravedad de cada insulto para el colectivo arbitral determinando cuáles de estos se suelen pasar por alto; cuáles son un billete casi seguro para enfilar el túnel de vestuarios; y a cuáles los árbitros respondían con humildad manejándolos y no dándoles demasiada importancia, permitiendo así que terminaran bien los partidos y en la mayoría de situaciones salvaguardaran su integridad personal.
Resultados finales:
El resultado de la investigación mostró que solamente en el 55,7% de los casos los árbitros optaban por mostrar la roja al jugador; siendo los comentarios relativos a la esfera sexual los que tienen mayor probabilidad de acabar en expulsión. Por el contrario, los calificativos en lo que respecta a la apariencia física del colegiado, su inteligencia, o aquellos "que no contienen opinión propiamente dicha"; tienen más posibilidad de contar con la amnistía arbitral. No son datos matemáticos, pero al menos ahora los árbitros ya tienen una medición real. ¿Y usted qué tanto soporta los insultos?
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