El Grado De Dificultad
“Los partidos son como los Melones hasta que no se abren no se sabe cómo van a salir”, con esta popular frase se diferencian la jerarquía de los partidos ya que aunque todos son “encuentros deportivos” no son iguales y cada uno tiene su grado de dificultad para la dirección arbitral y dependiendo de cómo enfrente el silbato el nivel de cada uno de ellos va a obtener resultados, pero principalmente va a lograr que el mas difícil se vuelva fácil o viceversa. Pero ¿Como se sabe que un partido es fácil o difícil?
Momentos de aprieto
Los partidos pueden ser; fáciles, difíciles y muy difíciles entre esos tres rangos siempre va a girar el grado de dificultad de toda competición deportiva y de la rápida identificación que le dé el árbitro a cada uno de ellos va a oscilar el resultado de su actuación. Para determinar el grado de dificultad de un partido el silbato, debe tener en cuenta al menos, los siguientes aspectos; el comportamiento de los jugadores, el desarrollo del juego; la presión ambiental; la evolución del marcador, el estado del terreno de juego y como quinto punto el factor climatológico. Si tres de estos convergen simultáneamente, el encuentro ya es difícil.
Identifique a tiempo
Normalmente la presencia de los anteriores aspectos suelen presentarse uno a uno y esporádicamente; sin embargo, sucede a veces, que uno de ellos se muestra con mayor intensidad que los demás y el árbitro dentro del desarrollo del encuentro debe ser consciente e identificarlo oportunamente para tomar los correctivos a tiempo y no dejar que el entorno se vuelva hostil, al referirlo rápidamente supone ya de por sí, una aportación de puntos efectivos pues desde el inicio del partido ya sabe cómo tomar las riendas, sobre este apartado hasta ahora se ha hecho referencia a las dificultades surgidas por la inercia del partido, siendo esto el margen de la intervención que el árbitro deba tener.
Para tener en cuenta
En los partidos fáciles el árbitro puede realizar una actividad física y técnica moderada la cual involucra algo de esfuerzo pero con relativa comodidad, pero sin estar muy relajado, para los encuentros difíciles el árbitro debe mostrar buena experiencia, buen manejo de las situaciones, buen estado físico y muy buena ubicación y para los más difíciles, además de los anteriores ítems debe darle buen uso al sentido común, poseer una buena concentración, capacidad de persuasión y lo más importante haber desarrollado una excelente credibilidad en el poco o mucho tiempo que lleve de dirigido el encuentro, ya que cuando suceda la jugada infinita, ahí comenzara a saber qué tipo de partido está dirigiendo realmente.
De usted depende
Sin embargo, bien pudiera suceder que en cualquier encuentro deportivo la ausencia de dificultades, este a la orden del día y por consiguiente el mismo se presente fácil, pero si a esto se le suman comportamientos deficientes del equipo arbitral el encuentro de por si se hará más complicado de arbitrar, dicho lo anterior puede acontecer la situación inversa, el partido puede ser difícil o muy difícil y si el árbitro toma decisiones firmes, oportunas y definitivas, en una fase concreta del partido lo puede convertir en fácil, en otras palabras el grado de dificultad en la mayoría de veces lo pone el árbitro y para que un partido llegue a catalogarse como tal siempre será la consecuencia directa de su actuación. Ahora que ya lo sabe, a un partido pongale el grado de dificultad que quiera…
Por: Jose Borda
“Los partidos son como los Melones hasta que no se abren no se sabe cómo van a salir”, con esta popular frase se diferencian la jerarquía de los partidos ya que aunque todos son “encuentros deportivos” no son iguales y cada uno tiene su grado de dificultad para la dirección arbitral y dependiendo de cómo enfrente el silbato el nivel de cada uno de ellos va a obtener resultados, pero principalmente va a lograr que el mas difícil se vuelva fácil o viceversa. Pero ¿Como se sabe que un partido es fácil o difícil?
Momentos de aprieto
Los partidos pueden ser; fáciles, difíciles y muy difíciles entre esos tres rangos siempre va a girar el grado de dificultad de toda competición deportiva y de la rápida identificación que le dé el árbitro a cada uno de ellos va a oscilar el resultado de su actuación. Para determinar el grado de dificultad de un partido el silbato, debe tener en cuenta al menos, los siguientes aspectos; el comportamiento de los jugadores, el desarrollo del juego; la presión ambiental; la evolución del marcador, el estado del terreno de juego y como quinto punto el factor climatológico. Si tres de estos convergen simultáneamente, el encuentro ya es difícil.
Identifique a tiempo
Normalmente la presencia de los anteriores aspectos suelen presentarse uno a uno y esporádicamente; sin embargo, sucede a veces, que uno de ellos se muestra con mayor intensidad que los demás y el árbitro dentro del desarrollo del encuentro debe ser consciente e identificarlo oportunamente para tomar los correctivos a tiempo y no dejar que el entorno se vuelva hostil, al referirlo rápidamente supone ya de por sí, una aportación de puntos efectivos pues desde el inicio del partido ya sabe cómo tomar las riendas, sobre este apartado hasta ahora se ha hecho referencia a las dificultades surgidas por la inercia del partido, siendo esto el margen de la intervención que el árbitro deba tener.
Para tener en cuenta
En los partidos fáciles el árbitro puede realizar una actividad física y técnica moderada la cual involucra algo de esfuerzo pero con relativa comodidad, pero sin estar muy relajado, para los encuentros difíciles el árbitro debe mostrar buena experiencia, buen manejo de las situaciones, buen estado físico y muy buena ubicación y para los más difíciles, además de los anteriores ítems debe darle buen uso al sentido común, poseer una buena concentración, capacidad de persuasión y lo más importante haber desarrollado una excelente credibilidad en el poco o mucho tiempo que lleve de dirigido el encuentro, ya que cuando suceda la jugada infinita, ahí comenzara a saber qué tipo de partido está dirigiendo realmente.
De usted depende
Sin embargo, bien pudiera suceder que en cualquier encuentro deportivo la ausencia de dificultades, este a la orden del día y por consiguiente el mismo se presente fácil, pero si a esto se le suman comportamientos deficientes del equipo arbitral el encuentro de por si se hará más complicado de arbitrar, dicho lo anterior puede acontecer la situación inversa, el partido puede ser difícil o muy difícil y si el árbitro toma decisiones firmes, oportunas y definitivas, en una fase concreta del partido lo puede convertir en fácil, en otras palabras el grado de dificultad en la mayoría de veces lo pone el árbitro y para que un partido llegue a catalogarse como tal siempre será la consecuencia directa de su actuación. Ahora que ya lo sabe, a un partido pongale el grado de dificultad que quiera…
Por: Jose Borda
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