TEMAS PSICOLOGICOS EN LA LABOR ARBITRAL
La labor del árbitro es imprescindible en el desempeño de las competiciones deportivas y, en el caso del fútbol de salon, su correcta ejecución en los partidos es clave, debido al gran impacto social y económico que tiene este deporte. Sin embargo, este colectivo de deportistas representa uno de los más olvidados en la literatura científica y profesional.
La formación es un instrumento adecuado para la mejora del rendimiento en el arbitraje deportivo, pero es necesario un planteamiento global que integre tanto la preparación técnica como su preparación psicológica. Para ser un buen árbitro, son necesarias unas determinadas características tales como un buen conocimiento del reglamento, una buena forma física y una posición adecuada en el campo de juego en cada momento, además de una adecuada agudeza visual y auditiva. Pero tales características son insuficientes para conseguir la excelencia en el arbitraje, para lo cual se requieren también otras de naturaleza psicológica.
Asimismo, los propios árbitros experimentados resaltan que existe una serie de habilidades psicológicas que distinguen a los más capacitados del resto, y que dichas destrezas influyen en el rendimiento arbitral explicando del 50% al 70% del éxito. Estas competencias psicológicas exigen una preparación específica a la cual pocos árbitros dedican la atención suficiente, pero que es susceptible de ser proporcionada desde un planteamiento formativo. La actual ausencia de oferta para esta capacitación que el árbitro precisa, contrasta con la demanda de los propios árbitros. Así, las principales líneas de intervención sobre el arbitraje deberían dirigirse a ofertar acciones y programas en el entrenamiento de habilidades psicológicas en el perfeccionamiento de la labor arbitral, desarrollando una serie de pautas de intervención que el árbitro puede poner en práctica antes, durante y después del encuentro.
Respondiendo a la necesidad de elaborar propuestas concretas de formación psicológica con árbitros, que han demostrado ya una alta competencia y se encuentran en una disposición técnica y motivacional óptima para plantearse una formación más específica que les ayude a alcanzar la excelencia en el arbitraje.
En este tema se conto con la Intervención en Habilidades Psicológicas donde se tuvieron en cuenta los recursos de cada uno de los participantes (experiencia, rasgos personales, control de estrés, etc.) y los objetivos principales de este programa fueron los siguientes: proporcionar el conocimiento de las destrezas psicológicas básicas y facilitar el aprendizaje de dichas destrezas, así como su aplicación a situaciones del arbitraje y su consolidación.
Por otra parte, consideramos que es conveniente coordinar la formación psicológica con los distintos apartados de formación (técnico, físico, dieta, etc.) para poder integrar otros aspectos en el establecimiento de objetivos, técnica que, por otra parte, fue la mejor valorada por los árbitros.
La formación es un instrumento adecuado para la mejora del rendimiento en el arbitraje deportivo, pero es necesario un planteamiento global que integre tanto la preparación técnica como su preparación psicológica. Para ser un buen árbitro, son necesarias unas determinadas características tales como un buen conocimiento del reglamento, una buena forma física y una posición adecuada en el campo de juego en cada momento, además de una adecuada agudeza visual y auditiva. Pero tales características son insuficientes para conseguir la excelencia en el arbitraje, para lo cual se requieren también otras de naturaleza psicológica.
Asimismo, los propios árbitros experimentados resaltan que existe una serie de habilidades psicológicas que distinguen a los más capacitados del resto, y que dichas destrezas influyen en el rendimiento arbitral explicando del 50% al 70% del éxito. Estas competencias psicológicas exigen una preparación específica a la cual pocos árbitros dedican la atención suficiente, pero que es susceptible de ser proporcionada desde un planteamiento formativo. La actual ausencia de oferta para esta capacitación que el árbitro precisa, contrasta con la demanda de los propios árbitros. Así, las principales líneas de intervención sobre el arbitraje deberían dirigirse a ofertar acciones y programas en el entrenamiento de habilidades psicológicas en el perfeccionamiento de la labor arbitral, desarrollando una serie de pautas de intervención que el árbitro puede poner en práctica antes, durante y después del encuentro.
Respondiendo a la necesidad de elaborar propuestas concretas de formación psicológica con árbitros, que han demostrado ya una alta competencia y se encuentran en una disposición técnica y motivacional óptima para plantearse una formación más específica que les ayude a alcanzar la excelencia en el arbitraje.
En este tema se conto con la Intervención en Habilidades Psicológicas donde se tuvieron en cuenta los recursos de cada uno de los participantes (experiencia, rasgos personales, control de estrés, etc.) y los objetivos principales de este programa fueron los siguientes: proporcionar el conocimiento de las destrezas psicológicas básicas y facilitar el aprendizaje de dichas destrezas, así como su aplicación a situaciones del arbitraje y su consolidación.
Por otra parte, consideramos que es conveniente coordinar la formación psicológica con los distintos apartados de formación (técnico, físico, dieta, etc.) para poder integrar otros aspectos en el establecimiento de objetivos, técnica que, por otra parte, fue la mejor valorada por los árbitros.
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